![A portrait of Sidney Cotton circa 1945.](https://fullfatthings-keyaero.b-cdn.net/sites/keyaero/files/styles/article_body/public/woodwing/2023-12/205369.jpeg?itok=6gGX1-SZ)
El Lockheed 12A Electra Junior era, y sigue siendo, la encarnación misma de los elegantes viajes aéreos de los ricos en los años treinta. Entonces, como ahora, parecía hermoso, incluso elegante, y para algunos intencionadamente inocuo. Sin embargo, tras esa fachada se escondía el medio de reconocimiento aéreo más capaz de que disponía Gran Bretaña durante el periodo previo a la Segunda Guerra Mundial, más rápido y más alto que sus predecesores, capaz de atravesar con facilidad cielos cada vez más hostiles mientras capturaba imágenes fotográficas de buena calidad para lo que hoy conocemos popularmente como MI6. Y, añadiendo a su discreto lustre, el ejemplar registrado G-AFTL lo hizo en manos de un hombre conocido por estar entre los más pintorescos y bucaneros de la historia de la aviación: Nada menos que el australiano Sidney Cotton.
Tras sobrevivir a un a