Una de las tareas más ambiciosas del Avro Lancaster en la posguerra fue la de cartografiar amplias zonas de África, dejando un legado duradero, como revela Andrew Thomas
El último escuadrón del Mando de Bombarderos que voló el legendario Avro Lancaster completó con éxito una de las mayores iniciativas de la RAF en tiempos de paz. En 1943, varios comités de la Oficina Colonial acordaron que, cuando terminara la guerra, la Dirección de Estudios Coloniales (DoCS), con sede en Teddington, Middlesex, llevaría a cabo estudios geodésicos y topográficos en el África administrada por los británicos. Los resultados proporcionarían, en muchos casos, la primera cartografía precisa de grandes extensiones del continente y ayudarían en gran medida a numerosos proyectos de desarrollo previstos.
Se decidió desde el principio que el elemento fotográfico del estudio debía recaer en la RAF, ya que estaba mejor equipada para realizar vuelos de larga distancia desde lugares remotos y austeros. También tenía acceso a los equipos de radar y a las balizas de navegación que serían esenciales para el trabajo, y podía completar el extenso entrenamiento de la tripulación.
A principios de 1946, el 541 Squadron's B Flight, una uni…