El interior del mayor portaaviones del mundo

El USS Gerald R. Ford tiene espacio para más de 75 aviones, cuenta con 11 elevadores de armas avanzados y ha necesitado 220.000 galones de pintura, suficientes para cubrir la Casa Blanca 350 veces.

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Es difícil hacerse a la idea de lo largo que es el USS Gerald R. Ford, así que esto puede ayudar. Con sus 332 metros, es más largo que tres campos de fútbol. Según los mejores tiempos que registró durante su carrera atlética, Usain Bolt tardaría unos 35 segundos en recorrerlo. El Bugatti Veyron de 1.200 CV tardaría unos nueve segundos en recorrer la misma distancia.

El USS Gerald R. Ford, bautizado con el nombre del 38º Presidente de los Estados Unidos, es el portaaviones más grande del mundo. Botado en 2013 y puesto en servicio por el presidente Trump el 22 de julio de 2017, el "superportaaviones" diseñado por Northrop Grumman -que zarpará para su primer despliegue en 2022- tiene capacidad para cargar más de 75 aviones en cubierta e internamente, con capacidad para lanzar 220 ataques aéreos al día. Esto significa que el tiempo de respuesta a cualquier operación militar se reduce considerablemente.

El USS Gerald R. Ford en construcción en 2012.

A su vez, la clase Ford puede transportar una amplia gama de aeronaves, incluyendo el F-35C Lightning II, el F/A-18E/F Super Hornet, el EA-18G Growler, el helicóptero MH-60R/S y muchos otros. También puede lanzar aviones de despegue corto y aterrizaje vertical. Según diversos informes, el "supercarrier" necesitó 5.000 constructores navales para completarse y utilizó 200.000 galones de pintura para cubrirlo - lo suficiente para recubrir la Casa Blanca 350 veces. Se espera que tenga una vida útil de 50 años y que acabe sustituyendo a la clase Nimitz como principal portaaviones de la Marina estadounidense.

Un F/A-18E Super Hornet se prepara para despegar del USS Gerald R. Ford, el 2 de noviembre de 2017.

El portaaviones de clase Ford también tiene un peso asombroso, con 100.000 toneladas, más de 400 veces el de la Estatua de la Libertad. Con una tripulación de más de 4.500 personas, el USS Gerald R. Ford es considerado el futuro de la Marina estadounidense y un portaaviones más avanzado que su predecesor, el USS Nimitz. El portaaviones puede desplazarse a una velocidad máxima de más de 30 nudos (35 millas por hora), pero eclipsa a la clase Nimitz por su capacidad de aumentar en un 25% el número de salidas posibles, gracias a una "isla" más pequeña que aumenta el espacio para las operaciones en la cubierta de vuelo.

La característica exclusiva de este superportaaviones es la sustitución de la propulsión de vapor por la eléctrica. En la actualidad, todos los portaaviones de la US Navy funcionan con líneas de vapor, pero el USS Gerald R. Ford será el primero en reemplazarlas, eliminando también toda la hidráulica y sustituyéndola por actuadores eléctricos. La introducción del sistema electromagnético de lanzamiento de aviones (EMALS) conlleva la esperanza de una mejora de las catapultas de vapor del estilo del Nimitz. Se espera que el EMALS aumente la precisión en el control de la velocidad final y proporcione una aceleración más suave. También podrá lanzar una variedad de aeronaves actuales y futuras, desde vehículos aéreos no tripulados hasta cazas de ataque pesados.

Pruebas y evaluación a bordo del portaaviones.

Está claro que la US Navy ha tenido en cuenta la eficiencia y la resistencia en su planificación del USS Gerald R. Ford. La mejora del diseño del casco, los sistemas contra incendios, el control de la corrosión y los 11 elevadores de armas avanzados que utilizan la tecnología de monorraíl hacen prever que el buque tendrá una mayor capacidad de supervivencia en comparación con cualquiera de sus predecesores. Gracias a los avances tecnológicos, esta clase se centrará más en los equipos automatizados, lo que permitirá reducir las necesidades de mano de obra. Además, se ha perfeccionado la tecnología de sigilo para reducir la firma de radar del buque y también se ha mejorado la calidad de vida de la tripulación, con gimnasios modernizados, espacios de trabajo ergonómicos y compartimentos de atraque mejorados.

Sin embargo, a pesar de que se habla de que este nuevo buque es una mejora, no ha estado exento de contratiempos y dificultades. El portaaviones, valorado en 13.000 millones de dólares, ha tenido que lidiar con problemas de desarrollo, que han disparado su precio y retrasado los calendarios. En particular, los elevadores avanzados de armamento de la clase Ford, una nueva tecnología crítica que transporta municiones desde y hacia la cubierta de vuelo, llevan retraso. La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno estadounidense ha declarado que está evaluando métodos para subsanar los fallos tecnológicos y espera que los problemas se solucionen lo antes posible. Para el año que viene están previstas pruebas de choque en las que se evaluará la resistencia del supercarguero a las explosiones submarinas.

El superportaaviones de clase Ford supone un paso adelante para el ejército estadounidense. Con los avances tecnológicos y las importantes mejoras en eficiencia, se acerca rápidamente una nueva era.

El despliegue del USS Gerald R. Ford está previsto para 2022.