En un esfuerzo por reducir el gasto en efectivo en medio de la pandemia de COVID-19, Delta Air Lines ha revelado que retirará todos sus Boeing 777 de su flota para finales de 2020. Los responsables de la empresa han calificado la medida de "estratégica", afirmando que están realizando cambios "rentables" para responder al impacto de la pandemia.
La aerolínea está racionalizando su flota mediante la introducción de tipos más nuevos y económicos, como el Airbus A350-900, que, según afirma, quema alrededor de un 21% menos de combustible. En la actualidad, la aerolínea con sede en Atlanta dispone de 18 777-200, compuestos por diez ejemplares -LR y ocho -ER, el primero de los cuales se entregó en 1999.
Gil West, director de operaciones de Delta, comentó: "El [Boeing] 777 ha sido una parte fiable del éxito de Delta desde que se incorporó a la flota en 1999 y, debido a sus características operativas únicas, abrió nuevos mercados de ultra larga distancia sin escalas [como Johannesburgo y Sídney] que sólo podía volar en ese momento".
Con la demanda de pasajeros aéreos por los suelos a causa del COVID-19, Delta ha aparcado 650 aviones, pero sigue gastando 50 millones de dólares al día mientras obtiene pocos ingresos. En febrero, la compañía completó un proyecto de remodelación de la cabina del tipo que incluía el nuevo producto de clase ejecutiva y economía premium de la aerolínea.
Durante la crisis del COVID-19, la aerolínea ha mantenido el tipo activo. El avión de fuselaje ancho se ha desplegado desde Chicago y Los Ángeles hasta Frankfurt para entregar el correo a las tropas estadounidenses. Además, su gran espacio de cabina se ha utilizado para transportar una gran cantidad de equipos médicos entre Estados Unidos y Asia.
Otros tipos más antiguos, como los venerables McDonnell Douglas MD-88 y MD-90, ya han sido retirados por la compañía aérea estadounidense. Todavía no se han revelado más detalles sobre las fechas de salida de los aviones de fuselaje ancho.
