El programa conjunto Boeing-Saab T-7A, destinado a poner en servicio una flota de centenares de nuevos reactores de entrenamiento avanzados en las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, es uno de los pilares de las aspiraciones del servicio para su estructura de fuerzas a corto y medio plazo. Sin embargo, ¿se puede mantener el calendario?
El programa T-X, destinado a reemplazar la anticuada flota de aviones de entrenamiento T-38C Talon en servicio en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF), fue uno de los concursos de adquisiciones militares estadounidenses más disputados de los últimos años, con un quién es quién de las empresas de defensa aeroespacial participando activamente. No es de extrañar, ya que las necesidades eran de cientos de aviones y el premio era un contrato potencialmente valorado en miles de millones de dólares.
Después de varios años de competencia, en septiembre de 2018 la oferta ganadora fue para una oferta conjunta Boeing-Saab de lo que se convertiría en el T-7A Red Hawk, la USAF adjudicó a Boeing un contrato de 9.200 millones de dólares para suministrar 351 aviones de entrenamiento avanzado y 46 simuladores de entrenamiento en tierra asociados.
A diferencia de la mayo…
